Obra del Mes del Museo della Scuola Romana - Marzo 2023
Luigi Bartolini
Scarabeo Ercole, 1934
aguafuerte, ex. 7/50, h 240 x 290 mm.
préstamo de Luciana Bartolini
Bartolini está considerado entre los mejores grabadores italianos contemporáneos, junto con Giorgio Morandi y Giuseppe Viviani. Las obras que se presentan en esta sección han sido realizadas por el artista con la técnica del aguafuerte, que consiste en grabar una plancha de metal con ácido nítrico, que luego se entinta para producir reproducciones sobre papel. Los temas de los grabados de Bartolini, siempre figurativos, están tomados del mundo real, pero a veces en composiciones fantásticas, y abarcan desde el microcosmos de los objetos, los insectos, las plantas, los detalles, hasta la figura humana y el paisaje. En este caso se trata de un estudio del escarabajo Hércules, especie exótica conocida por su magnífica fuerza y su considerable tamaño. En la hoja, el escarabajo está representado tres veces en diferentes posiciones, mientras que esbozados a un lado, a la derecha, hay una figura humana y un tronco de árbol, lo que sugiere una prueba temprana de grabado. El ejemplar central del escarabajo está dentro de un marco cuadrangular de bordes gruesos. La marca que caracteriza a ésta, así como a otras obras de Bartolini, muestra una habilidad pictórica en el uso de la técnica, en algunos casos con ligeros sombreados y ligeras investigaciones, otras veces con una marca más acentuada y oscura. Este grabado fue realizado por el artista durante el periodo de exilio al que fue relegado por el régimen fascista. Entre las publicaciones en las que aparece la obra se encuentra el catálogo de la exposición Luigi Bartolini. Líneas de libertad, celebrada en la Academia de Bellas Artes de Roma en 2019.
El crítico Giuseppe Appella escribe sobre Bartolini:
"Se comprende entonces, en la cultura del siglo XX, la coexistencia de diferentes modos de expresión y, entre éstos, las cualidades visionarias de Bartolini, su obstinación en personajes, hechos y gorduras, esbozos de vida menor, útiles para trazar una veta insólita, para ocupar un lugar de la conciencia donde cada actividad se desarrolla en paralelo, sin categorías que defender o en las que instalarse. Lo realista y lo fantástico, en las que normalmente se sitúa su obra, son categorías abstractas para Bartolini que, a lo largo de su vida, ha fundido ambas, queriendo [...] llegar a aquello que interesa al gran principio de la poesía y no conoce otro maestro, otro señorío, otro mando, otras voces" (Luigi Bartolini: l'arte come atto d'amore, en Bartolini, l'uomo, l'artista, lo scrittore, catálogo de exposición, Macerata, 1989, pg.10)
Luigi Bartolini (Cupramontana, Ancona, 1892 - Roma 1963) fue pintor y escritor, además de grabador. Entre sus obras literarias más conocidas figuran Ladri di biciclette (Ladrones de bicicletas), 1946 (de la que Cesare Zavattini extrajo el tema de la famosa película homónima de Vittorio De Sica); Il ritorno sul carso (El regreso al carso), 1930; Passeggiata con la ragazza (Paseo con la muchacha), 1930 y 1962; Credo d'artista (Credo de artista), 1945 y Poesie (Poesías), 1954.
El joven Luigi ya encontraba cierta predisposición para las artes y la literatura en su entorno familiar; su padre había sido director de escuela con pasión por los clásicos y su tío materno, Elia Bonci, era autor de un texto sobre la teoría de las sombras. Tras sus estudios técnicos en Jesi, Luigi Bartolini se trasladó a Siena, en 1907, donde se matriculó en el Instituto de Bellas Artes. En 1909, se trasladó a Roma, donde asistió a la Academia de Bellas Artes y a la Academia de España; más tarde, estuvo en Florencia, donde asistió a clases de arquitectura, anatomía y pintura de desnudo en la Academia local. Estos fueron los años centrales de su formación, durante los cuales conoció al poeta Dino Campana y al pintor Ardengo Soffici. El estallido de la Primera Guerra Mundial y la llamada a las armas interrumpieron bruscamente su actividad artística. Luchó en el Piave, el Karst y en Cirenaica como oficial de artillería, recibiendo una medalla de bronce al valor y una cruz al mérito. Finalizada la guerra, en 1919 se encuentra en Macerata como profesor en una escuela de formación profesional, y posteriormente recibe diversos destinos que le hacen cambiar de ciudad. Mientras tanto, incrementa su actividad como grabador, así como pintor, hasta que en 1922 recibe de S.M. el Rey el Diploma de Gran Medalla de Plata, tras su participación en la Exposición Provincial de Arte de Macerata. En 1928 fue llamado a exponer sus obras por primera vez en la Bienal de Venecia, evento en el que participó regularmente hasta 1962, un año antes de su muerte, y en el que disfrutó de un salón personal tanto en la edición de 1942 (XXIII Bienal), por la que obtuvo el Gran Premio de Grabado, como en su última participación. No faltan otros importantes reconocimientos, entre ellos el premio obtenido ex equo en 1932 con Giorgio Morandi y Umberto Boccioni (en memoria) en la Esposizione del Bianco e Nero de la Galería Uffizi de Florencia. Inesperadamente, durante su periodo de residencia en Osimo, en la región italiana de Las Marcas, fue detenido en 1933 acusado de "mantener correspondencia secreta con exiliados". Tras pasar un mes en prisión en Ancona, fue confinado primero en Montefusco y luego en Merano, donde permaneció hasta 1938. En 1945, Bartolini relata su propia odisea en relación con los acontecimientos del confinamiento político en un breve libro, Perché do ombra. A pesar del sufrimiento del confinamiento, éste sería uno de sus periodos más fructíferos. Mientras tanto, en 1935, la II Quadriennale d'Arte de Roma le dedicó una sala, otorgándole el primer premio de grabado, acontecimiento que se repitió en 1939. En 1937, recibe las medallas de oro y bronce en la Exposición Internacional de Artes y Técnicas de París. Tras su reclusión en Merano, regresó a Roma, donde fue a dar clases al Museo Artistico Industriale. Volvió a ser premiado en Francia en 1948, en el Musèe des Beaux Arts de Nancy, por su participación representando a Italia en la exposición sobre ex libris e ilustración de libros.
Bartolini estuvo presente en todas las manifestaciones artísticas nacionales e internacionales más importantes de su época, como: Londres (1946), Estocolmo (1947), París (1937-1949-1950), Zúrich (1947-1949), Nueva York (1949), Amberes (1953), Varsovia ( 1959), Toulouse (1953), Múnich( 1957), Atenas (1955), Río de Janeiro (1948), São Paulo en Brasil (1951), Lisboa (1951-1953), Bruselas (1951-1953). En 1949, el Gabinete de Estampas de París adquiere sus grabados. En la Exposición Internacional en Blanco y Negro de Lugano (1950), gana un premio ex equo con otros artistas como Rouault, Kubin, Morandi y Delvaux. En 1951, Carlo Albero Petrucci presentó su exposición personal en la Calcografia Nazionale e intentó una primera ordenación de su producción de grabados con un catálogo en el que se publicaron 1.067 obras; de nuevo en la Calcografia, repitió otras dos exposiciones personales en 1962 y 1997. Su producción literaria fue también intensa hasta los últimos años de su vida, como escritor, poeta, crítico de arte y polemista. En este campo contó unas 70 publicaciones con las principales editoriales nacionales (Vallecchi, Arnoldo Mondadori Editore, Longanesi, Nistri Lischi) y colaboraciones con numerosas revistas y periódicos italianos.
En 1960 fue nombrado Accademico di San Luca. En 1965 se le dedicó una exposición retrospectiva en el marco de la IX Quadriennale de Roma. En 1989 se celebró en Macerata la exposición póstuma Bartolini, el hombre, el artista, el escritor, anteriormente mencionada, comisariada por Giuseppe Appella y Vanni Scheiwiller. Encontrará más información sobre el artista en www.luigibartolini.com.
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