El parque

El parque de Villa Torlonia, situado en el límite norte entre el II y el III Municipio, con una superficie total de aproximadamente 132.000 m²,
tiene una historia rica y compleja desde el punto de vista de la función histórico-social, pero sobre todo por la evolución que ha marcado sus caracteres paisajísticos.

En una primera fase pertenece a la familia Pamphili (desde finales del siglo XVII hasta la mitad del siglo XVIII), con la función principal de actividad agrícola, confirmando el modelo de tipo rural se difundió en aquel periodo a lo largo de la vía Nomentana y en otras zonas al lado de la muralla; alrededor de 1760 se convierte en propiedad de los Colonna, pero este paso no modifica sustancialmente el asentamiento de la zona que mantiene el carácter típico de “viña”.
Hacia finales del siglo XVIII las numerosas actividades que flanquean la vía Nomentana, exuberantes de árboles frutales, viñas y juncales se transforman en propias y verdaderas residencias fastuosas.

Y es justamente Giovanni Torlonia, quien compra la propiedad de los Colonna en 1797, hay que señalar el inicio de la transformación de la actividad de residencia de carácter rural en compleja y suntuosa casa, articulada en varios cuerpos arquitectónicos temáticos, inmersos en el verde.
Villa Torlonia se presenta, por ello, con una estructura planimétrica diferenciada, testigo de las diferentes configuraciones que le han sido aportadas por los arquitectos y paisajistas que han trabajado en ella en periodos sucesivos: la zona de intervención de Valadier, arquitecto de la villa para Giovanni Torlonia (fin del siglo XVIII - primeros decenios del siglo XIX), en la parte norte del parque, se caracteriza por un sistema tradicional, con avenidas de robles rectilíneos y simétricos de los que quedan vestigios cerca del Palazzo principal; la disposición de la zona sur, sin embargo, es fruto del gusto escenográfico de Alessandro Torlonia (periodo que va desde 1828 hasta finales del siglo) que encarga la ampliación del parque a Giuseppe Jappelli, paisajista, que con recorridos libres y sinuosos, diseminados de fantasiosas construcciones exóticas, confiere al paisaje una imagen romántica, con referencias al jardín a la inglesa.

En los primeros decenios de siglo XX, con la ampliación de la carretera de la vía Nomentana y las modificaciones de la entrada, la zona que se encuentra delante del Casino Nobile asume un carácter menos simétrico y se convierte en nuevo en escenario para usos mundanos del jardín. En el periodo de la residencia de Mussolini (1925-1943), el jardín es escenario de manifestaciones deportivas y mundanas, pero es también alterado por la incorporación de los huertos de guerra: los cultivos de trigo y patatas, los gallineros y las conejeras condujeron la Villa a un pasado lejano de actividad rural. El proceso de decadencia se agrava ulteriormente con los acontecimientos bélicos de la II Guerra Mundial: la ocupación militar anglo-americana, con alteraciones y daños generalizados da el golpe de gracia definitivo.

Por ello, en el momento de apertura al público (1978), Villa Torlonia se presenta, también a causa de la ausencia durante decenios de cuidados de mantenimiento, en un estado de extrema degradación que ha hecho indispensable, por cuenta de la Administración Pública, una importante intervención de recuperación ambiental elaborada por un grupo de trabajo del Departamento X guiado por el arquitecto Massimo Carlieri, con la contribución del Ministerio del Medio Ambiente de la Tutela del Territorio y del Mar.