Obra del mes del Museo de la Escuela Romana - Septiembre 2022

"Dios mío, ¿por qué ser esclavo de un cuadro o de cualquier otra forma geométrica? [...] No, esto es demasiado aburrido. Somos espectadores desde un único punto, ¿por qué no definirlo? No hay planos básicos, las figuras descansan donde las colocamos, no en función de esa u otra línea del cuadro". Así escribía Ferruccio Ferrazzi en una página de su diario en julio de 1915, arremetiendo fervientemente contra el tradicional formato cuadrangular del soporte pictórico. Esto explica el contorno irregular de la tabla de Domenica (Nudo all'aperto), cuyo borde superior tiene una moldura que sigue el movimiento brusco de los brazos de la mujer, que intenta peinarse de espaldas al espectador.

El tema tradicional del desnudo femenino en la naturaleza se convierte aquí en el foco arquitectónico de un espacio sin connotaciones específicas de tiempo y lugar. La imponente figura, pintada con pinceladas matéricas y colores ácidos que revelan la influencia de los expresionistas alemanes, esculpe una cavidad espacial cuyas leyes y contornos dicta, constituyendo un fragmento de espacio autónomo y cerrado sobre sí mismo.
Ferruccio Ferrazzi pintó este panel en 1915: fueron años de gran experimentación para él, durante los cuales centró su investigación en el estudio minucioso de la figura humana y del espacio perspectivo, que retomó cuestionando la tradicional "ventana" albertiana. Domenica (Desnudo al aire libre) es un buen ejemplo de la poética del "fragmento unitario" de Ferrazzi, según la cual el formato del lienzo debe adaptarse a su contenido, dando lugar a formas irregulares, con lados oblicuos y cortes inusuales que eliminan los ángulos muertos, centrando la atención únicamente en el tema y acentuando sus movimientos o líneas de fuerza. Ragghianti subraya cómo esto acerca el tema representado al espectador, creando una relación más igualitaria, "como un drama teatral llevado al centro del público [...] y no espaciado en el escenario y enmarcado en su arco".

Domenica (Desnudo al aire libre) se expuso por primera vez en 1916, en la LXXXV Esposizione della Società Amatori e Cultori di Belle Arti, en el Palazzo delle Esposizioni de Roma. Ferrazzi, que entonces tenía 25 años, montó personalmente la sala que acogería sus obras, configurándola como el interior de un prisma, con paredes inclinadas como las siluetas de los cuadros que exponía. La "habitación prismática" fue juzgada como escandalosa por la mayoría de los críticos, pero fue apreciada por un coleccionista suizo, Walter Minnich, que compró siete de sus obras y le invitó a instalarse con él en Montreux, donde Ferrazzi permaneció un año.

Ninetta Ferrazzi, hija del artista, supone que su padre había llevado Domenica (Desnudo al aire libre) a Suiza, pero que en los años 30 se la devolvió Minnich junto con otras obras para favorecerle en las exposiciones de esos años. Sin embargo, el cuadro quedó sin vender en el estudio de Ferrazzi y sigue siendo propiedad de sus herederos.

Ferruccio Ferrazzi nació en Roma en 1891. Su padre Stanislao, escultor y copista de cuadros, les inició a él y a su hermano Riccardo en el estudio de la pintura. En 1907, debutó en la LXXVII Esposizione della Società degli amatori cultori di belle arti (Exposición de la Sociedad de Amantes de las Bellas Artes) de Roma, con 16 años, y asombró al entorno romano por su independencia de los modelos artísticos dominantes. Al año siguiente obtuvo una beca del Instituto Catel, en virtud de la cual se le asignó como tutor al pintor paisajista Max Roeder, de ascendencia boecklinesa, que le introdujo en el círculo de artistas alemanes de Roma. En 1913 ganó la Pensión Nacional de Arte y en 1914 salió por primera vez al extranjero, siguiendo a su padre a París, donde estudió a pintores antiguos y modernos. De regreso a Roma, en los años siguientes se vio influido por el futurismo, que reelaboró de forma personal. En 1916, montó su propia sala personal en la LXXXV Esposizione della Società Amatori e Cultori di Belle Arti (Exposición de la Sociedad de Aficionados y Conocedores de las Bellas Artes), suscitando un gran escándalo por su disruptiva novedad. Fue apreciado por el coleccionista suizo Walter Minnich, que le invitó a su casa de Montreux, donde Ferrazzi permaneció un año. En 1922 se casó con Horitia Randone, hija de Francesco Randone, maestro ceramista y amante de las filosofías herméticas animadas por los principios del socialismo humanitario. En 1926 Ferrazzi recibió el Premio Carnegie de un jurado presidido por Pierre Bonnard, y en 1933 fue elegido miembro de la Real Academia de Italia: era uno de los pocos académicos no afiliados al partido fascista. En la posguerra continuó con sus actividades artísticas y expositivas, paralelamente a su actividad docente y de dirección en el Estudio del Mosaico Vaticano.
Murió en Roma el 8 de diciembre de 1978.

Volver a la sección > La obra del mes del Museo de la Escuela Romana