Obra del mes Museo della Scuola Romana - Octubre 2023
Ferruccio Ferrazzi,
Piogggia d'autunno (Temporale d'autunno), 1935
Pintura al óleo sobre tela, 98,5x136 cm
Adquirido en el Museo della Scuola Romana por encargo de los herederos de Ferrazzi.
En homenaje a las lluvias otoñales, que ya no son tan frecuentes, el Museo della Scuola Romana abre el mes de octubre con el cuadro de Ferruccio Ferrazzi titulado "Pioggia d'autunno". Desde los montes Parioli, desde donde lo observa el artista, un paisaje romano, aún sin desarrollar, se abre hacia el valle por donde discurre el río Tevere, formando una U alrededor de la campiña de Tor di Quinto, bordeada a veces por una densa naturaleza de árboles y arbustos, otras por riberas y lomas de tierra desnuda y rojiza. Las distancias se tiñen de celeste y azul, como el agua del río, y el cielo, teñido de amarillo y rojo, se prepara ya para una tormenta, de la que se ven las primeras vetas. En la parte inferior del cuadro, en la colina de Parioli, las actividades humanas continúan, sin prestar atención al peligro inminente. A la izquierda, en un recinto cerrado, probablemente el del histórico club de voleibol, se lleva a cabo un ejercicio de tiro con fusil dirigido a los pájaros que se mezclan con las nubes; a la derecha, en cambio, dos hombres con un perro apuntan con sus armas a una presa en el suelo. Junto a ellos, un cartel blanco lleva la firma del artista y la fecha del cuadro. Más a la derecha, más allá de la valla, dos gendarmes controlan la escena. En las inmediaciones de esta zona, el artista tuvo estudio y residencia durante muchas décadas.
Desde el punto de vista pictórico, esta obra muestra con fuerza la influencia de la pintura francesa y, en particular, de Cézanne, en la estratificación de las masas y las pinceladas direccionales, en las que la luz y el color forman un caleidoscopio irreal. La naturaleza se transfigura hasta convertirse en expresiva, más allá del dato real. El crítico Bardi escribió, tal vez observando este cuadro: "Un día [---] nos daremos cuenta de la genuina contribución de la personalidad de Ferrazzi a la creación de la nueva pintura en Italia, y partiremos de los cielos, de sus cielos graves y solemnes como el día del Juicio Final, de las nubes que se nublan sobre la tierra en una mezcla de tormenta y grandeza, de lo infinito y lo apocalíptico, del relámpago y del sol, ciclos que desencadenan una furia de belleza y encanto" (P. M. Bardi, Ferrazzi inedito, en "Stile", 23 de mayo de 1943, p. 31).
Ferruccio Ferrazzi (Roma, 1891-1978). Representó una de las figuras más originales del panorama artístico romano de entreguerras; sus recursos bebían tanto de la pintura del norte de Europa del siglo XIX como de la tradición italiana, lo que le llevó a experimentar continuamente con medios pictóricos, así como a buscar una poética personal en la que convivían el simbolismo, el expresionismo y cierto dramatismo.
Su padre Stanislao, escultor y copista de cuadros, les inició a él y a su hermano Riccardo en el estudio de la pintura. En 1907, Ferruccio debutó en la LXXVII Esposizione della Società degli Amatori Cultori di Belle Arti de Roma a la edad de 16 años y asombró al entorno romano con su independencia de los modelos artísticos dominantes. Al año siguiente obtuvo una beca del Instituto Catel, que le asignó como tutor al paisajista Max Roeder -cercano al estilo del pintor suizo Arnold Böcklin, uno de los mayores exponentes del simbolismo nórdico-, quien le introdujo en el círculo de artistas alemanes de Roma. En 1913 ganó la Pensión Artística Nacional y en 1914 viajó por primera vez al extranjero, siguiendo a su padre a París, donde estudió a pintores antiguos y modernos, aprendiendo las técnicas del Impresionismo y el Neoimpresionismo. De regreso a Roma, en los años siguientes recibió la influencia del Futurismo, que reelaboró de forma personal. En 1916, montó su propio salón en la LXXXV Esposizione della Società Amatori e Cultori di Belle Arti, provocando un gran escándalo por su disruptiva novedad. Fue apreciado por el coleccionista suizo Walter Minnich, que le invitó a su casa de Montreux, donde Ferrazzi permaneció un año. En 1922 se casó con Horitia Randone, hija de Francesco Randone, maestro ceramista y amante de filosofías herméticas animadas por principios de socialismo humanitario. En 1926, Ferrazzi recibe el Premio Carnegie de manos de un jurado presidido por Pierre Bonnard. En 1931 expuso en la Prima Quadriennale d'Arte Nazionale de Roma y en 1933 fue elegido uno de los miembros de la Reale Accademia d'Italia: era uno de los pocos académicos no inscritos en el partido fascista.
El abanico de intereses de Ferrazzi abarca desde las artes aplicadas, entendidas también a escala monumental, hasta la pintura mural y de caballete. En 1941 realizó dos grandes pinturas a la encáustica en el Aula Galilei de la Universidad de Padua. Años antes, los arquitectos Piacentini y Vaccaro de Roma le habían encargado siete tapices para el edificio del Ministerio de Corporaciones (actual Ministerio de Industria y Comercio). En el momento de la inauguración (30 de noviembre de 1932), Ferrazzi sólo presentó el tapiz que representa las Corporaciones de Profesionales y Artistas, realizado por la empresa Eroli de Roma, mientras que el resto de las obras están documentadas por cartones preparatorios. Debido a su carácter narrativo y antirretórico, los tapices no se colocan en el lugar previsto.
En la posguerra, Ferrazzi prosiguió sus actividades artísticas y expositivas, paralelamente a sus actividades docentes y de dirección en el Estudio del Mosaico Vaticano.
En 1951 realizó frescos de tema religioso en la basílica de Santa Rita da Cascia y en la iglesia de Sant'Eugenio de Roma. En 1954 terminó el gran mosaico del Apocalipsis en las paredes de la cripta del Mausoleo Ottolenghi en Acqui Terme. En la década de 1950 comenzó a trabajar también como escultor.
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