La Obra del mes del Museo de la Escuela Romana - Febrero 2022

El cuadro entró en las colecciones del Museo della Scuola Romana en 2006 gracias a una donación de Marta Vespignani, hija del artista y de Netta, una famosa galerista y marchante de arte. El cuadro representa una serie de casas altas apiñadas en un espacio abierto y desolado, delimitado a la derecha por una carretera. Detrás de los edificios, ligeramente a la derecha del centro de la composición, se ve la silueta de un gasómetro. En el claro, en primer plano a la izquierda, hay una diminuta representación de una figura en bicicleta.

En 1944-45, surgieron los temas de los convoyes ferroviarios, las locomotoras, los raíles y los edificios suburbanos. Renzo Vespignani recompone los paisajes en su personal geografía urbana pictórica, en la que los elementos se sitúan aislados con una fuerte carga psicológica. Aunque proceden de observaciones directas, los lugares descritos no son reconocibles: un ejemplo es el Gazometro en el barrio industrial Ostiense, en la parte sur de la ciudad, que destaca en el horizonte como un Coliseo moderno (V. Pratolini, con motivo de la exposición personal del artista en Florencia en 1947). Es una pintura más personal en la que el paisaje que alimentó su imaginación de niño y que tiene fuertemente interiorizado se convierte en lo que puede definirse como una primera iconografía pictórica personal.

Como recuerda el propio artista: Este suburbio y el Convoy en la terminal de mercancías del Tiburtino son cuadros que considero bastante interesantes, porque hay un material que "huele" a pintura informal, y sin embargo fueron pintados por mí, un chico de los suburbios, cuando Fautrier, Dubuffet y menos aún los americanos aún no eran conocidos en Roma. Había descubierto esta pintura material de forma instintiva, tratando de plasmar con el óleo la misma sensación de dureza de mis bocetos y grabados. Así que empecé a pintar al óleo, con colores que, dada la pobreza, fabricaba yo mismo y los lienzos de los paracaídas.

Renzo Vespignani comenzó a pintar y grabar durante los difíciles años de la ocupación alemana de Roma, cuando se escondía con el grabador Lino Bianchi Barriviera y eligió como maestros a los artistas Alberto Ziveri y Luigi Bartolini. Comenzó a exponer en 1945 y continuó en las galerías romanas La Margherita y L'Obelisco, así como en Nueva York, Londres, en las Bienales de Venecia y en las Quadriennali de Roma. En 1949, se unió a otros pintores asociados al realismo con el objetivo de retratar los barrios obreros de Roma: uno de ellos, Portonaccio, dio nombre al grupo. Más tarde fundó, con otros intelectuales, la revista "Città Aperta", centrada en los problemas de la cultura urbana, tema también del ciclo Come mosche nel miele (Como moscas en la miel), que expuso en la Academia Francesa de Roma en Villa Médicis en 1985. En la década de los noventa cambió su interés por la vida urbana estadounidense, utilizando también el medio fotográfico.

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