Obra del mes del Museo de la Escuela Romana - Noviembre 2023

Los tonos cálidos de este bodegón otoñal nos adentran en la intimidad de una atmósfera doméstica esencial y evocadora, construida con unos pocos objetos -una tetera, una taza y cinco caquis- que dialogan entre sí gracias a la hábil yuxtaposición de colores terrosos, que también caracterizan la desnuda pared del fondo. La obra se acerca mucho a los modos estilísticos de los artistas italianos del siglo XV, en la esencialidad metafísica de las formas y los volúmenes, en el refinado dibujo pictórico y en el detalle de los pliegues paralelos del pulcro mantel blanco, que no quedan perfectamente anulados por la plancha. El estatismo de la escena y el realismo casi fotográfico la acercan también a los maestros del área romana contemporáneos de Francalancia, como Francesco Trombadori, Carlo Socrate y Antonio Donghi, y a esa vertiente artística poética definida como "realismo mágico". En los años veinte, muchos artistas sintieron la necesidad de redescubrir la tradición de la pintura itálica y, en este sentido, el debate tuvo lugar sobre todo en la revista Valori Plastici dirigida por Mario Broglio con su esposa Edita, con la que Francalancia mantuvo importantes relaciones de colaboración.

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