Trabajos de recuperación y restauración
Tras ser adquirido por el Ayuntamiento de Roma en 1978, el complejo fue entregado a la Sovrintendenza Capitolina en un grave estado de deterioro y abandono: los tejados se habían derrumbado, los cristales policromados se habían perdido en gran parte, al igual que todo el mobiliario.
La situación se deterioró aún más en los años siguientes, marcados por numerosos actos de vandalismo y acontecimientos climáticos adversos como el grave tornado de 2008.
Finalmente, en 2007, se pudo iniciar la primera fase de restauración, destinada a recuperar fielmente la disposición original de todo el conjunto, reconstruida a partir de documentos e imágenes de la época y del análisis de lo que se había conservado, que afectaba tanto a la parte estructural como a la decorativa. La segunda fase, iniciada en septiembre de 1921, tuvo por objeto la realización de intervenciones funcionales para el uso público y su acondicionamiento como espacio de exposición de una selección de plantas "exóticas", insertadas sobre la base del proyecto original de Jappelli.
Entre los trabajos más complejos se encuentran la recuperación de las grandes ventanas de cristal de colores dentro de grandes marcos de hierro fundido, de las que sólo se habían conservado algunos fragmentos, y la reconstrucción de la cúpula de la torre, que había quedado completamente destruida, ambas reconstruidas con gran habilidad por artesanos altamente especializados tras un largo estudio y análisis.
Por otra parte, no ha sido posible reconstruir algunas partes del complejo sin una documentación fiable: es el caso de la mesa autopropulsada de la Torre Moresca, cuyas piezas son todavía perfectamente visibles, y de la Cueva Artificial, cuyo tamaño se adivina por las inserciones de ganchos en las paredes circundantes y por algunos espolones de roca, consolidados y resaltados por el juego de luces propuesto en la exposición.